viernes, 15 de mayo de 2015

Confesiones de una mamá real y mujer virtual

Hubo un tiempo hermoso en el que no me pasaba por la cabeza vieras a alguien como me veías a mi.

Y es que como temer a algo que no existe para ti. Simplemente nunca lo pensé,  nunca lo vi.

Hasta esa mañana que me dijiste: llamame... seré sincera al decirte que estaba emocionada,  no era común que me pidieras te llamara  en tu hora de comida. Me ilusione desde las 8 AM y desee con todas mis fuerzas dieran las dos de la tarde.

Mi mente se volvía loca al pensar  me querías contar algo,  quizá me estrañabas demasiado y querías un momento conmigo.

Jamás imagine lo que iba a pasar,  estabas tan serio que pense habías tenido una mala noticia,  una mala nota en alguna evaluación,  no se algo... Pero nunca tus palabras,  ese día me enteré hablabas con alguien como lo hacías cónmigo.

Fue duro caer de aquélla nube que solo el amor puede verla como segura.  Debo reconocer intente creer en ti,  sí todo era un mal entendido.  Pero dijiste: pues como hablaba contigo y eso justamente me dio la pauta.

Como hablabas cónmigo...

esa joven enamorada que era yo, trabajadora,  independientemente,  una mujer real. Llena de aspiraciones y sueños, esa mujer que decidió feliz dejar todo para seguirte,  esa que daba cada respiro por ti, que escuchaba tus mimos,  que tu cariño palpaba en cada palabra. Y si eras tan lindo que como no sentir algo más por ti.

Todo eso vino a mi mente cuando dijiste: como hablaba contigo.

Creo que solo puedo describir el resto de ese día como MIEDO.

Sí,  ese miedo que carcome los huesos,  nunca pense vieras a alguien mas como a mi,  yo creía era especial,  única para ti. La realidad me cayo de tajo y mi seguridad se fue más lejos de donde podría alcanzarla.

Si eso no fue suficiente llego ese alguien que estaba dolido por quien tu llamas amiga para rematar,  sus palabras,  su conversación. Todo.  Me hundieron,  me llevaron a un lugar donde reconoci ya había estado. La soledad.  Aquí estaba yo sola viendo mi mundo derrumbarse,  mi seguridad y mi autoestima salir disparadas.

Y de pronto todo en mi mente tuvo sentido.  Tomando en cuenta el shok no creo poder decir haya estado del todo en lo correcto. Pero las platicas banales,  los tiempos tan cortos conmigo,  no pude evitar sentirte lejos, yo te sentia tan cerca,  pero desde ese instante un abismo nos separó. El abismo del miedo.

Y  aquí estoy con el corazón roto,  madre de un bebé, con el pelo enmarañado, los sueños y planes pospuestos indefinidamente,  siendo una mujer virtual, que se baña una vez a la semana,  que no ha tenido un descanso real en meses, deseando ser esa mujer con la que bromeas,  con quien te diviertes, porque yo era divertida como ella, yo te hacia reír y a mi también me invitabas contigo a dormir.

Pero no entiendes por que lloro cada noche, por que lejos o cerca te siento lejos de mi, por que siento ahora soy algo aparte, hasta hace unos meses yo sentia era tu complemento.  Hoy solo soy esa mujer odiosa que visitas cada quince días o cada mes,  que intenta al menos depilarse y nunca consigue terminar y peor aún ahora lo notas. Soy esa mujer llena de rutinas,  entre la leche y el pañal, la vida se me va.  Intento ser divertida,  hacer el amor contigo entre cada sueño,  sí tu supieras lo agotada que me siento sabrías lo mucho que te amo cuando decido que es mucho más rico hacer el amor contigo en lugar de dormir.

Pero esta mujer aburrida ya no recibe esas platicas como antes, quizá ahora es aburrida y definitivamente ya no le hablas, como lo hiciste ahora con ella.

Los siguientes días fueron un huracán,  me arrastro el dolor y te lleve conmigo sin querer. Y después de semejante tempestad aquí está la calma. Te amo y eso basta para calmar todas las tormentas,  para detener cualquier tornado.

Pero ahora esperas olvide, y si el miedo sigue como lo eliminó de mi mente, como evito sentir te alejas de mi.  Queria ser única en tu vida,  ahora solo deseo ser alguien en ella.

Se que no fue más que unas platicas,  una amistad ocasional,  que quizá ahora ni se Saludan, que intententas reparar mi corazón, que deseas pegar con oro cada pedacito del jarrón que se rompió,  lo lograrás lo sé,  pero desearía poder decírte tengo miedo,  desearía
 escuchar que soy  única, que estoy lejos de cualquier competencia, que amas hasta mis cansancios, que a pesar de los kilos extra, la lencería de control, las piernas sin depilar o esa zona de bigote que olvido debe pasar por la cera,  me amas con todo el corazón,  que no te aburren mis platicas,  que aún sientes mariposas en el estómago cuando vienes a verme y al bebé. Que me beses primero a mi y después al bebé.  Pero guardas silencios y esos son los que generan más miedos, los que más me lastiman.

Atte.  Tu esposa que te ama y la mujer virtual que no sabe como decirte que tiene miedo de perderte.

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